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viernes, 19 de agosto de 2011

COMUNICACIÓN EFECTIVA Y HONESTA.


Cuando inicio las clases de Expresión Oral y Corporal en la Universidad, acostumbro decir a los alumnos, que quedaré conforme al fin del curso, si logro que ellos conversen mirándose a lo ojos, se saluden dándose la mano francamente y que conozcan de los otros un poco más que solo el nombre.
Es penoso comprobar lo generalizado que está en nuestro medio el desinterés de los unos por los otros. Es común ver a dos personas saludarse, evitando la mirada o dándose la mano sin ganas, floja y algunas veces únicamente con los dedos. No es menos común apreciar entre quienes se saludan besándose, que una ofrezca a la otra no la mejilla, sino la oreja cuando no los cabellos.
Observando más atentamente a estos interlocutores, notaremos que la conversación no es seguida por la escucha; que generalmente está desatento, rascándose, mirando a otro lado o jugando con sus llaves.
Estas son algunas observaciones relacionadas con la expresión corporal, pues en lo que se refiere a la verbal, ésta no es tampoco muy feliz que digamos.
Pruebe el lector  en un saludo al paso, contestar el clásico ¿Cómo estás?,  con un:  “Muy mal”, pero con una sonrisa amplia y sin detener el paso. Comprobará que el amigo que lo saludó seguirá su camino sin cargo de conciencia.
Es vital para la comunicación que exista un emisor, un receptor y  un código común. No es menos importante que existan las ganas o el deseo de comunicar. No podremos ser comunicativos ni receptivos sino tenemos un interés genuino en ello.
Cuando damos nuestros mensajes, ideas, pensamientos y sentimientos, esperamos que nuestros interlocutores nos escuchen con atención, activamente, con todos sus sentidos y sus ganas. Por eso creemos que es importante sostener la mirada en una conversación y saludar con la mano franca, entera, con ganas. Seguir una conversación con interés, con todo el cuerpo participando y escuchando y hablando claramente, no solo es muestra de cortesía, sino que permitirá se entiendan los interlocutores, es decir se de el proceso de comunicación.
Así que ya sabe, la próxima vez que se cruce con alguien en el camino y le pregunten ¿Cómo estás?. Deténgase un momento, conteste y agradezca el interés en usted y preocúpese también por su interlocutor. 
Muestre sus ganas de comunicar con todo su cuerpo, deje claro que es UNO y que le interesa sobre manera LOS OTROS.

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