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jueves, 4 de agosto de 2011

OBSERVANDO EL OBSERVADOR QUE SOMOS


El lío es que en un mundo en constante cambio, las distinciones que aprendimos en nuestra época escolar ya no nos sirven, son insuficientes, aún más, las distinciones que hoy estamos aprendiendo probablemente ya no nos servirán para mucho tiempo más, así, lo único que nos puede ayudar en este mundo de cambios es aprender a aprender constantemente. El lío más grande es que el aprender no es sólo un ejercicio lingüístico o racional sino también emocional y corporal. Y esta concepción del aprendizaje se enfrenta con la concepción del ser humano como ser racional y que tenemos tan arraigada en nuestro propio cuerpo.

Así, si queremos aprender debemos violentar la coherencia de nuestro mirar. Todo nuestro mirar y hacer en el mundo está hecho desde un estado emocional y corporal determinado y mientras no caigamos en cuenta, no asumamos nuestro estado, no nos es posible producir modificaciones de importancia. De esta manera se nos hace imprescindible transformarnos en: observadores del observador que somos”.

¿Cómo logramos cambiar nuestra forma de observar el mundo? buena pregunta, primero que todo despojándonos de nuestras certidumbres, siendo humildes para reconocer que quizás el constructo argumental sobre el que he desarrollado mi visión del mundo tiene ciertas falencias porque no he sido capaz de reconocer ni mucho menos aprehender aquellos conceptos, ideas o pensamientos que no coincidían con mi única e intransable percepción de la realidad.

" Si cambio la forma de ver las cosas, las cosas empiezan a cambiar de forma."

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